El parto está pensado para que el/la precios@ bebé que llevamos dentro nazca y que, además, su adaptación a la vida extrauterina sea la más óptima posible. Durante el mismo, el pequeño o pequeña recibe muchísima información (química, hormonal, física…), por lo que entiende el cambio que muy pronto se va a dar y se prepara para él.
Cuando dich@ bebé nace mediante cesárea todo es algo diferente, en especial en las que son de elección. En estas, los bebés salen a la vida exterior sin previo aviso, cosa que les puede provocar un shock.
Una de las consecuencias que más encontramos en consulta es una primera respiración incompleta o poco vigorosa, lo que en ocasiones puede provocar que el líquido que se encuentra en los pulmones no salga del todo, o que las fascias anteriores de su pequeño cuerpo no se estiren debidamente en el momento de dicha respiración, entre otras muchas. Como resultado podemos encontrarnos con que el bebé sufre cierto distrés respiratorio.
Además, como ya hemos comentado antes, est@s bebés no serán comprimidos por el canal del parto, pero si pueden verse comprimidos en cavidades muy delicadas, así como padecer tracciones asimétricas o lesiones cuando lo profesionales los sacan.
Lo que es muy probable es que vivan una situación de estrés por un nacimiento tan inesperado.
Pero este post no intenta asustar a nadie (caaaaaalmaaaaa , por favor).
Lo que si pretendo es hacer entender lo beneficioso e interesante que es que nuestros bebés sean valorados poco después de nacer por cesárea.