En esta ocasión quería hablaros de los lavados nasales, tan necesarios en esta época del año donde abundan los mocos.
Me gustaría empezar puntualizando que los lavados nasales han de hacerse cada vez que el pequeño/a lo necesite, totalmente a demanda.
Indicadores:
- Necesitan abrir la boca para respirar.
- Les cuesta dormir si no están semi-incorporados.
- Roncan al dormir.
- Pueden llegar a rechazar las tomas/comidas.
Por eso, hay varios momentos clave para hacerlos: antes de dormir y antes de comer.
Importante: NO administrar el suero con demasiada presión, podemos dañar el oído de nuestro niño/a.
En menores de 1 año administrar 1-2,5ml de suero fisiológico en cada fosa nasal a una velocidad constante (poca presión) o 0,5-2ml a repartir entre las dos fosas nasales sin ningún tipo de presión.
Mayores de 1 año hasta 5ml.
Tipos de soluciones:
- Suero fisiológico: la más utilizada. La concentración de sal es menor al 1%.
- Suero hipertónico: contiene una mayor concentración de sal (2-3%) y está indicada en algunas patologías específicas, ya que ayudarán a hidratar el moco (bastante denso) y bajará la inflamación. Deberemos consultar SIEMPRE a un especialista las cantidades y cómo aplicarlo.
Posición: debemos tener presente algo súper importante: si el bebé es capaz de mantenerse sentado podremos elegir hacerlo en esta posición o bien ligeramente incorporado.
En el caso de que aún no posea control de tronco, lo haremos mientras permanece tumbado y bien sujeto para evitar hacerle daño, aunque si es posible hacerlo incorporado será estupendo.