La Tortícolis congénita es una afectación unilateral del músculo Esternocleidomastoideo (ECOM) en el recién nacido, que se percibe como una inclinación y rotación de la cabeza y del cuello del/a bebé.
Esta deformidad es muy común en los niños y niñas de 0 a 2 meses de edad, pudiendo venir facilitada por la posición dentro del útero o por un parto complicado, entre otras causas.
¿Qué observamos?
– Inclinación y rotación de la cabeza .
– Dificultad para girar la cabeza hacia el otro lado.
– Presencia (o no) de un nódulo en el músculo lesionado.
La Tortícolis congénita puede estar asociada a:
– Displasia de cadera.
– Lesión del Plexo Braquial.
– Plagiocefalia.
– Asimetría facial.
– Trastornos de crecimiento.
– Etc.
¿Qué debemos hacer?
Lo primero es acudir a su pediatra (en el caso de que no haya sido diagnosticado/a pero sospechemos que puede tener Tortícolis). De esta forma, el/la profesional podrá descartar otras posibles afecciones y complicaciones.
Después es básico que traten al/la pequeñ@, y esto deberá hacerlo un/a fisioterapeuta y/u osteópata pediátrico/a.
¿Qué valoraremos en consulta?
– Aspecto general del/a pequeño/a.
– Movilidad general de las cervicales.
– Estado de la musculatura .
– Presencia o no de nódulo muscular.
– Estado del cráneo: suturas, deformidades, etc.
– Actitud del resto del cuerpo (suele haber compensación).
– Desarrollo correcto para la edad.
– Otros.
Y también daremos recomendaciones a la familia para trabajar en casa diferentes aspectos que resultarán importantísimos para la evolución del/a .
Un dato importante a tener en cuenta es que l@s pequeñ@s diagnosticados de forma precoz tienen mejor pronóstico y tratamientos más cortos. De ahí la importancia de que detectemos el problema cuanto antes, ya que el momento del diagnóstico es crucial para la evolución del/a pequeño/a.
Por último deciros que los casos más graves de esta afectación pueden requerir cirugía.